La experiencia K-Pop más allá de la música
Con información y fotos de Fidela Cisneros
Aunque no pertenezco al mundo del K-Pop, tuve la oportunidad de asistir a un concierto de Le Sserafim en la Arena CDMX y la experiencia fue memorable. Desde el inicio, confirmé lo que me sorprendió en mi primer acercamiento: la comunidad k- popera es realmente especial, organizada y llena de buena vibra.

Fan projects: el corazón de los conciertos
Previo al show, los fans organizan los tradicionales fan projects. En esta ocasión, realizaron una coperacha para imprimir banners diseñados por votación, con el objetivo de sorprender a las artistas. El resultado fue impactante: banners para todos y cada uno de los asistentes, demostrando el nivel de coordinación y entusiasmo de la comunidad.

Fiesta fuera del escenario
El ambiente se vive desde antes de entrar. Afuera del recinto había grupos de baile, seguidores caracterizados con vestuarios de las presentaciones del grupo y un sinfín de regalos para intercambiar. Detalles que hacen del K-Pop una experiencia cultural única y acogedora.

Puntualidad y profesionalismo sobre el escenario
El concierto estaba programado a las 7:30 p.m., pero comenzó cinco minutos antes. Fueron más de dos horas y media de música, coreografías espectaculares y mucha interacción con el público. Le Sserafim agradeció constantemente el apoyo de los fans, reforzando esa conexión especial que caracteriza al K-Pop.

Un setlist lleno de energía
Las cinco integrantes complacieron a sus seguidores con sus temas más conocidos como Antifragile, Crazy y Easy. Además, lograron conquistar a nuevos fans con canciones como 1-800-hot-n-fun y Perfect Night, que se suman a la lista de favoritas.
Conclusión: una invitación al K-Pop
Asistir a un concierto de K-Pop es más que ver a un grupo en vivo: es adentrarse en una comunidad cálida, creativa y apasionada. Así que, si tienes un amig@ o una bendi kpoper@, no dudes en acompañarl@ a uno de estos eventos. La experiencia vale totalmente la pena.