El huracán Melissa hizo historia al golpear Jamaica el martes como un huracán categoría 5, con vientos sostenidos de aproximadamente 300 km/h, según un análisis de la agencia AFP basado en datos de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos).
De acuerdo con los registros meteorológicos, Melissa se convirtió en el ciclón más potente en tocar tierra en los últimos 90 años, comparable únicamente con el devastador huracán del Día del Trabajo que azotó los Cayos de Florida en 1935, cuando los vientos alcanzaron velocidades similares y una presión atmosférica de apenas 892 milibares.
De Jamaica a Cuba: Melissa pierde fuerza pero sigue siendo peligrosa
Tras dejar fuertes daños y cortes eléctricos en Jamaica, el huracán se desplazó hacia Cuba este miércoles, donde llegó ya degradado a categoría 3, aunque todavía con vientos intensos y lluvias torrenciales.
Las autoridades locales han emitido alertas de emergencia y evacuaciones preventivas en comunidades costeras, ante el riesgo de inundaciones y deslaves provocados por las bandas nubosas del ciclón.

A pesar de la disminución en su intensidad, los especialistas advierten que Melissa sigue siendo una tormenta peligrosa, con la capacidad de afectar extensas zonas del Caribe.
Un fenómeno histórico comparado con los huracanes más intensos
Los expertos de la NOAA explican que Melissa se ubica entre los huracanes más intensos registrados en el hemisferio occidental.
Si se comparan todos los ciclones del planeta —incluyendo tifones en el Pacífico y ciclones en el Índico— solo el tifón Goni, que azotó Filipinas en 2020, superó a Melissa en intensidad al alcanzar vientos más violentos y una presión atmosférica aún más baja.
Sin embargo, los datos no confirman si Goni mantuvo esa fuerza al tocar tierra, lo que refuerza el carácter histórico del paso de Melissa por Jamaica.
Huracanes cada vez más intensos: una señal del cambio climático
Meteorólogos y especialistas en clima han destacado que Melissa refleja una tendencia preocupante: la aparición de huracanes más poderosos y frecuentes, impulsados por el calentamiento de los océanos.
El aumento de la temperatura del mar favorece la formación de sistemas tropicales más violentos, que pueden intensificarse rápidamente antes de tocar tierra, como sucedió en este caso.
Esta situación plantea nuevos retos para los países del Caribe y Centroamérica, donde las infraestructuras y sistemas de emergencia aún enfrentan limitaciones ante eventos de tal magnitud.
Melissa, una advertencia natural para el Caribe
El paso del huracán Melissa deja una lección clara: la necesidad de fortalecer la prevención, infraestructura y cooperación regional ante el impacto cada vez mayor de fenómenos meteorológicos extremos.
Aunque el ciclón ya perdió fuerza, su devastador paso por Jamaica y su avance hacia Cuba marcarán un precedente histórico en los registros meteorológicos del Caribe.
La región ahora mira hacia adelante, con la esperanza de que los daños sean menores y que la experiencia de Melissa impulse una mayor preparación ante el futuro incierto del clima global.